La niñez en México entre 1 a 14 años habían sido agredidos o castigados física o psicológicamente por alguna persona de su hogar con el afán controlar su conducta y el 6% de esta población experimentó formas más severas de castigo físico, tales como golpes en diversas partes del cuerpo con fuerza y de manera repetida.
Sufrir violencia o ser testigo de esta tiene repercusiones negativas, tanto a corto como a largo plazo, la adversidad experimentada en edades tempranas tiene altas posibilidades de generar complicaciones en la adultez.