En JUCONI cuando hablamos de seguridad estamos hablando de ambientes libres de violencia. Esto no es un aspecto individual o particular en la intervención con población. La seguridad debe permear en la organización como parte de la cultura organizacional. Se logra determinando estrategias, objetivos y formas de operar que permitan experimentar un espacio seguro. No solo para la población atendida, sino para cada miembro que compone la organización.
Seguridad física
Visitando una casa hogar de niñas, la directora mencionó que donde ocurrían más eventos violentos era la cancha de basquetbol. Este lugar estaba rodeado por una barda muy alta y era imposible ver lo que ocurría ahí a simple vista. Se podría pensar que la barda garantizaba la seguridad física, pero el lugar se prestaba para la aparición de comportamientos violentos. Sucedían desde amenazas hasta violencia física entre las niñas.
Recordemos que estamos hablando de población afectada por violencia o trauma. Esto significa que la forma de resolver problemas, de tomar decisiones, de hacer frente a una amenaza, etc., puede estar afectada por experiencias adversas. Frecuentemente la forma de manejar el dolor puede ser lastimándose o lastimando a otros.
Por esta razón, la seguridad física debe ir en dos vías. La primera debe garantizar un espacio libre de comportamientos autodestructivos. Las personas que sufren trauma pueden exponerse a situaciones que afecten su salud. Algunos ejemplos son lastimar su cuerpo, consumir de drogas o intentos de suicidio, por nombrar algunos.
La segunda tiene que ver con un espacio que procure entornos físicamente seguros. Se requiere identificar si hay situaciones o espacios que ponen en peligro la integridad de las personas y tomar las decisiones correspondientes.
La seguridad física se logra trabajando los otros tipos de seguridad. Requiere que las personas estén comprometidas con la no violencia hacia sí y hacia los demás.