La importancia de abordar temas difíciles con niñas y niños

Responder las múltiples preguntas de las niñas y los niños siempre es un reto, más aún cuando se trata de situaciones complejas incluso para los adultos. Hay temas que resultan particularmente difíciles de procesar y es común que nos parezca necesario proteger a los más pequeños del malestar que estos puedan causar. Desafortunadamente, por mucho que intentemos evitar que se enteren, las niñas y los niños se dan cuenta cuando algo sucede, por lo que el silencio de los adultos puede ser más aterrador y hacerlos sacar conclusiones equivocadas.

Los miedos de los niños crecen fuera de proporción si no tienen la oportunidad de reconocerlos y compartir lo que sienten con alguien seguro. Es por esto que tener conversaciones apropiadas sobre temas como enfermedades, fallecimientos o actos violentos no aumenta el malestar de los niños, al contrario, los orienta y les ayuda a sentirse emocionalmente acompañados. En esta serie de artículos, exploraremos algunas recomendaciones para que hablar de temas difíciles deje de ser un problema y se convierta en una oportunidad para conectar.

Considera su etapa de desarrollo

Para encontrar la mejor forma de manejar estos temas con cada niña o niño en particular, es necesario tomar en cuenta su edad y etapa de desarrollo. Los niños preescolares generalmente comprenden pocas emociones, piensan de manera muy concreta y necesitan un lenguaje simple, por lo que será necesario hablar de emociones que puedan reconocer y dar únicamente la información necesaria. La mayoría de las niñas y niños en edad escolar comprenden emociones más complejas, sin embargo, el sentirlas puede resultar abrumador. A esta edad la capacidad lectora y las relaciones sociales expanden su mundo, por lo que se encuentran más expuestos a temas realmente dolorosos y complejos. Es necesario que tengamos conversaciones abiertas y seamos receptivos de su nivel de entendimiento; escuchar es el primer paso para ser capaces de ayudar a procesar emociones y dar sentido a lo que ha sucedido.

Escucha lo que sabe

Como parte del proceso es importante que exploremos qué es lo que sabe y qué ha pensado y sentido sobre esto. Si escuchamos su relato es probable que encontremos creencias erróneas y generalizaciones; una vez que sepas lo que cree, será más sencillo abordar sus miedos y encontrar la manera de hacerle sentir segura o seguro.  

Presta atención a lo que siente

Es indispensable que como cuidadores sepamos identificar el estado emocional de las niñas y niños con los que nos relacionamos. Las conductas disruptivas muchas veces son indicadores de que hay emociones fuera de control y es necesario atenderlas. En momentos donde ha pasado un evento complejo o una noticia pudo afectar su estabilidad, es nuestra responsabilidad no asumir que sabemos lo que siente y prestar atención especial invitándole a tener una conversación sobre esto.

Por ahora hemos tocado tres puntos esenciales con los que podemos comenzar a practicar; en nuestra segunda parte «La importancia de abordar temas difíciles con niñas y niños 2» ofreceremos recomendaciones sobre cómo manejar esta conversación y que resulte lo más satisfactoria posible para ambas partes, espera la siguiente entrega.

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