El 12 de agosto se conmemora a nivel internacional el día de la juventud, pero ¿cuál es su objetivo?
Se estima que estamos en el momento histórico donde la población mundial cuenta con más jóvenes. Pese a esto, es un sector que aun requiere del esfuerzo conjunto para incorporarlo como parte esencial de la construcción de nuestra sociedad.
¿Qué requerimos para incorporarlos?
En México se estima que poco menos de 40 millones de jóvenes habita el país, por lo que tener una noción clara como sociedad sobre las dificultades y carencias que enfrentan, parece un buen comienzo:
- Cerca de la mitad de jóvenes en nuestro país vive en condiciones de pobreza (13.9 millones en pobreza moderada y 3.6 millones en pobreza extrema) (CONAPRED, 2014).
- La mitad de los hogares donde viven jóvenes manifestaron vivir violencia familiar (INEGI 2014).
- 46.1% de las personas entre 15 y 24 años asisten a la escuela.
- 32.3% de jóvenes tiene acceso a ISSSTE, IMSS o servicios de salud similares.
- 22.2% no tienen acceso a servicios básicos en la vivienda.
- 5.45 millones de jóvenes no tienen oportunidad de estudiar ni de trabajar (91.2% de esta cifra son mujeres).
Como podemos ver, estos datos muestran un panorama poco alentador para la juventud, y aunque se han generado estrategias a nivel nacional para generar un cambio, aún hay mucho tramo que recorrer.
Los Derechos de las y los Jóvenes
Construir una sociedad más justa implica tener conocimiento sobre los derechos de cada grupo poblacional que la conforma. En el caso de las y los jóvenes ¿conoces sus derechos?
En 2005 se desarrolló la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes, que entró en vigor en 2008. Único tratado internacional centrado específicamente en los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de las personas jóvenes. México es uno de los Estados firmantes y por lo tanto está obligado a desarrollar estrategias para lograr la cobertura de dichos derechos a lo largo de todo el país.
Los derechos enunciados en dicha convención son:
- Derecho a la paz,
- principio de no discriminación,
- igualdad de género,
- derecho a la vida,
- a la integridad personal,
- a la protección contra los abusos sexuales,
- derecho de objeción de conciencia,
- a la justicia,
- a la identidad propia,
- derecho al honor, intimidad y propia imagen,
- libertad y seguridad personal,
- a la libertad de pensamiento, conciencia y religión,
- libertad de expresión, reunión y asociación,
- derecho a formar parte de una familia,
- derecho a formar una familia,
- a la participación social y política,
- derecho a la educación,
- a la educación sexual,
- derecho a la cultura y al arte,
- a la salud,
- derecho al trabajo,
- a las condiciones de trabajo,
- a la protección social,
- derecho a la formación profesional,
- a la vivienda,
- derecho a un medio ambiente saludable,
- al ocio y al esparcimiento,
- derecho al deporte y
- al desarrollo.
No todas las personas tenemos noción que existen estos derechos como tal. Así que, el siguiente paso es conocerlos, reconocerlos y compartirlos para que cada vez más jóvenes sepan que, por su condición de jóvenes, les pertenecen. Asimismo, la sociedad mexicana tiene que hacer lo posible para que no sean un privilegio en algunos sectores, sino para toda la población juvenil de nuestro país.